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Cada año, el Día de Muertos se convierte en una de las celebraciones más significativas y esperadas en México; y los altares llenos de colores vibrantes, veladoras y alimentos tradicionales forman parte de una tradición que honra a los seres queridos que han fallecido. Sin embargo, una pregunta frecuente surge cuando los días festivos comienzan a desvanecerse: ¿cuándo se debe quitar la ofrenda del Día de Muertos y qué se debe hacer con los alimentos que han estado allí? Pero antes de hablar sobre cuándo se debe retirar la ofrenda, es fundamental entender su propósito, pues ésta es un homenaje a las almas de los difuntos que, según las tradiciones prehispánicas, regresan al mundo de los vivos durante los días 1 y 2 de noviembre. La tradición dicta que los familiares y amigos preparan un altar lleno de los alimentos y objetos favoritos de sus seres queridos fallecidos, lo cual incluye platillos, bebidas, veladoras, flores de cempasúchil y fotografías. Cada elemento del altar tiene un significado: las veladoras, por ejemplo, guían a las almas de regreso al mundo de los vivos; el papel picado representa el viento, mientras que las flores de cempasúchil, con su color vibrante y aroma, marcan el camino para que los espíritus puedan encontrar su camino a casa. Los alimentos, además de simbolizar los gustos personales de los difuntos, son una forma de darles la bienvenida y mostrarles que siguen presentes en los corazones de sus seres queridos. ¿Cuándo retirar la ofrenda del Día de Muertos? La pregunta de cuándo retirar la ofrenda es un tema que varía de acuerdo con las tradiciones de cada familia y región, pues aunque el Día de Muertos se festeja a lo largo de todo el país, cada persona puede adaptar la tradición según sus creencias y prácticas culturales pero, en general, se habla de 2 fechas que se consideran el mejor momento para despedir a los seres queridos y desmontar la ofrenda. Esta festividad, profundamente mexicana, nos invita a reflexionar sobre la muerte ya comprenderla no como un final, sino como un proceso natural y continuado.Fotografía: Chat GPT. 3 de noviembre: en muchas partes de México, se considera apropiado desmontar la ofrenda el 3 de noviembre, un día después de que se estima que las almas han regresado al más allá. La creencia popular indica que, para esa fecha, las almas ya han recibido las ofrendas y han tenido tiempo para “disfrutar” de los elementos que sus familiares colocaron en su honor. 7 de noviembre: en algunas comunidades se espera esta fecha para retirar la ofrenda, pues permite un tiempo adicional para que las almas terminen su visita, de acuerdo con las tradiciones locales. Además, muchas personas creen que este tiempo adicional permite a las almas de aquellos difuntos que quizás no hayan sido recordados directamente encontrar un lugar donde recibir ofrendas y respeto. ¿Se pueden comer los alimentos que se pusieron en la ofrenda? Una vez que llega el momento de retirar la ofrenda, surge otra pregunta común: ¿qué se debe hacer con los alimentos y demás objetos colocados en el altar? Pues según la tradición, las flores de cempasúchil pueden ser utilizadas como abono en jardines, lo cual permite continuar el ciclo natural de vida y muerte, o también se pueden secar y usar en decoración; de la misma forma, cualquier objeto personal colocado en el altar, como fotos o artículos personales de las y los difuntos, se guarda y se respeta hasta el próximo Día de Muertos. los alimentos ya no poseen el mismo valor nutricional o energético, puesto que se cree que los espíritus han “absorbido” su esencia y sustancia durante su visita.Fotografía: Chat GPT. De la misma forma, los elementos no comestibles pueden almacenarse o limpiarse para su uso en futuras ofrendas; sin embargo, cuando se trata de los alimentos que se han ofrendado a las almas que nos visitaron, la cosa cambia ya que las antiguas tradiciones prehispánicas afirman que los alimentos pierden su sabor después de estar en la ofrenda, ya que se cree que los difuntos consumen su “esencia” o energía. Según esta creencia, al ingerir estos alimentos después del Día de Muertos, no tendrían ni el mismo sabor ni el mismo aroma. Por otro lado, el consumo de los alimentos puede interpretarse como una falta de respeto a los difuntos, pues en esta visión, más enfocada en un sentido ético y espiritual, considera que al ofrecer estos alimentos, se hace un acto de entrega completo a los seres queridos fallecidos, y tomar algo de la ofrenda equivale a un acto de profanación, lo cual se considera inapropiado y hasta ofensivo. ¿Qué se celebra en el Día de Muertos? El Día de Muertos es una mezcla de rituales indígenas y tradiciones católicas, en la cual se cree que las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos para estar cerca de sus familias y amigos. En la cosmovisión prehispánica, la muerte no se veía como un final, sino como una transición hacia otra etapa de la vida; por lo que los mexicas, mayas, purépechas y otras culturas mesoamericanas tenían rituales de muerte que honraban a las y los ancestros y celebraban la continuidad de la vida después de la muerte. A medida que pasa el tiempo, el Día de Muertos sigue evolucionando, pero conservar el respeto por sus elementos esenciales es fundamental para mantener viva su esencia.Fotografía: Chat GPT. La llegada de los colonizadores españoles en el siglo XVI introdujo el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, ambos en el mes de noviembre, y estos días se combinaron con las creencias indígenas para formar lo que hoy conocemos como Día de Muertos. Sigue leyendo: Día de Muertos: las canciones más hermosas para recordar a tus seres queridos que han partido ¿Qué se le puede decir a una persona que acaba de perder un ser querido, para ayudarle a pasar su duelo?

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