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La tarde del 15 de abril de 2019, el presidente de la República, Emmanuel Macron, se presentó pálido y sobrecogido ante la gran puerta de una Notre Dame devastada. Un incendio accidental, eso dijo la fiscalía, destruyó parte del templo gótico y su emblemática flecha. Los escombros y el agua de las mangueras de los bomberos formaban ya una amalgama de restos, una metáfora nítida del estado de ánimo de los franceses. El jefe del Estado, un superdotado descifrando los momentos que construyen la historia, se subió a aquella ola de emoción. “Somos ese pueblo de constructores. Tenemos tanto que reconstruir. Así que, sí, reconstruiremos la catedral de Notre Dame, y más bella aún, pero quiero que esto se realice en cinco años. Podemos”. Transcurrido ese tiempo, desvelado a la prensa el interior de Notre Dame este viernes por primera vez, podría decirse que esa promesa, al menos esa, la ha cumplido. “Habéis transformado el carbón en arte”, lanzó un Macron emocionado y subido a una tarima en medio de la nave central del templo a los 2.000 trabajadores que lo han hecho posible.La catástrofe de Notre Dame y su proceso de reconstrucción —ha costado 700 millones de euros— se convirtieron en uno de esos extraños momentos de comunión de un país. Francia había atravesado una tormenta de descontento que estalló con el movimiento de los Chalecos Amarillos. El jefe del Estado entendió entonces, como entendería luego con los Juegos Olímpicos, que la catástrofe iba a ser una oportunidad perfecta para unir a un país a menudo descosido por las luchas ideológicas y sociales. “Creo muy profundamente que hay que convertir esta catástrofe en la ocasión de avanzar todos juntos, reflexionando en lo que hemos sido y lo que debemos ser”. En ese periodo hubo una pandemia, dos grandes guerras y la salida y entrada de un personaje como Donald Trump. “Prevéngame la próxima vez”, bromeó a su llegada con el arzobispo de París Macron, acompañado de su esposa, Brigitte, de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y de la ministra de Cultura, Rachida Dati.Más informaciónTras meses de tensiones entre la diócesis de París y el Elíseo sobre quién es el propietario del edificio, ambos universos llegaron a un acuerdo este viernes por la mañana. La reconstrucción ha sido total. Y la idea sagrada del laicismo abrazó el gran monumento católico de Francia. Las llamas habían devastado especialmente el tejado y la estructura de madera de esta obra maestra del arte gótico del siglo XIII, que se encuentra entre los monumentos más visitados de Europa. Macron, cuya promesa de reconstrucción ha podido ser mantenida gracias a los trabajadores que han reconstruido sin descanso la catedral, les agradeció una y otra vez su esfuerzo. “A pesar de los ritmos intensos y de las vidas familiares agitadas, no olviden que han compartido juntos la obra más hermosa del siglo, han cumplido esa promesa de reconstruir Notre-Dame en cinco años, es un inmenso orgullo para toda la Nación”.Macron, durante su discurso. Sarah Meyssonnier (REUTERS)Macron, durante su discurso en Notre Dame. SARAH MEYSSONNIER / POOL (EFE)El presidente Emmanuel Macron, durante su visita a la catedral de Notre-Dame de París en París, este viernes. La Catedral de París será reinaugurada oficialmente el 07 de diciembre de 2024, tras casi seis años de trabajos de renovación. STEPHANE DE SAKUTIN / POOL (EFE)El presidente francés, Emmanuel Macron, se dirige a los trabajadores congregados en la catedral. SARAH MEYSSONNIER / POOL (EFE)El presidente Macron mira uno de los retablos restaurados de la catedral de Notre Dame. STEPHANE DE SAKUTIN / POOL (EFE)Vidrieras en el interior de la catedral de Notre Dame, tras la restauración.Stephane de Sakutin (AP)Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, junto al presidente del consorcio que ha liderado la reconstrucción de la catedeal, Philippe Jost.STEPHANE DE SAKUTIN (via REUTERS)El presidente francés, Emmanuel Macron, visita el interior restaurado de la catedral tras la restauración.Christophe Petit Tesson (AP)Macron, junto a autoridades eclesiásticas, durante su visita a la catedral de Notre Dame. CHRISTOPHE PETIT TESSON / POOL (EFE)Vista general de la catedral de Notre Dame durante la visita de Macron. Sarah Meyssonnier (REUTERS) El rosetón Sur, colocado sobre la Puerta de Saint Etienne, tras su restauración. STEPHANE DE SAKUTIN / POOL (EFE)Un combo de imágenes muestra el altar dentro de la catedral de Notre Dame en París después del incendio del 16 de abril de 2019, arriba, y después de la renovación, abajo.Associated Press/LaPresse (APN)Vista del altar diseñado por el artista francés Guillaume Bardet, este viernes. STEPHANE DE SAKUTIN / POOL (EFE)Parte de la nave central y del nuevo órgano de la catedral de Notre Dame.STEPHANE DE SAKUTIN / POOL (EFE)Las sillas del coro de la catedral de Notre-Dame de París. Associated Press/LaPresse (APN)Vista de la pila baustimal diseñada por el artista francés Guillaume Bardet. STEPHANE DE SAKUTIN / POOL (EFE)Vista de la nave central de la catedral de Notre Dame, tras su restauración. CHRISTOPHE PETIT TESSON (via REUTERS)Interior de Notre Dame de París que ha sido revelado por primera vez, este viernes.Christophe Petit Tesson (AP)El presidente francés, Emmanuel Macron (centro), junto a su esposa, Brigitte Macron, visitan las obras de restauración de la catedral de Notre Dame, este viernes. Christophe Petit Tesson (AP)Un clérigo camina por la nave central de la catedral de Notre Dame, este viernes tras su restauración. Christophe Petit Tesson (AP)Una de las puertas de entrada de la catedral de Notre Dame tras su restauración, este viernes. Christophe Petit Tesson (AP)Vista de la fachada norte de la catedral de Notre Dame tras su rehabilitación, este viernes. Stephane de Sakutin (AP)Trabajadores que han participado en la restauración posan en la nave central de la catedral. Sarah Meyssonnier (REUTERS)La aguja diseñada por Viollet-le-Duc, que se desplomó desde sus 93 metros de altura, ha sido reconstruida de manera idéntica. Alrededor de 1.300 personas que han trabajado en la resurrección del monumento (de un total de 2.000) se reunieron con Macron —acompañado de monseñor Ulrich, arzobispo de París— en una suerte de preinauguración. Entre ellos se encontraban el arquitecto y paisajista belga Bas Smets, quien diseñó el nuevo atrio; Guillaume Bardet, el diseñador encargado del nuevo mobiliario litúrgico; Jean-Louis Bidet, uno de los carpinteros; Marie Pouliot y Marie Parant, restauradoras de pintura mural; y Pascal Prunet, arquitecto jefe de los monumentos históricos. A todos ellos iba interrogando Macron, como si fuera el presentador de un documental sobre catedrales. El momento era para el jefe del Estado el primer resuello tras la crisis permanente en la que se ha instalado Francia desde que él mismo decidió disolver la Asamblea Nacional el pasado junio y convocar elecciones.La comitiva atravesó la puerta de Notre Dame a las 10.40 y pudieron verse las primeras imágenes oficiales de la reconstrucción (un amplio equipo de televisión retransmitía en directo la visita). El templo está prácticamente listo para su inauguración el fin de semana que viene. La nave central, completamente restaurada, ha recuperado el color blanco de la piedra y la amplitud y luz de las capillas laterales. “Tengo la sensación de estarla redescubriendo”, le decía Macron al rector de Notre Dame, Patrick Chauvet, antes de subir a la parte superior para ver la reconstrucción del armazón de madera (3.000 piezas) que sostiene el tejado, una enorme obra de carpintería realizada a imagen y semejanza de la del siglo XIII, la que había antes del incendio. El esqueleto, conocido como el “bosque”, que aguanta las 210 toneladas de plomo del nuevo tejado, requirió de la tala de 2.000 robles centenarios y rectos para poder construirse. Y justo en medio de esa estructura, se alza la nueva flecha de la catedral, símbolo último del templo. La visita del viernes es un aperitivo de los grandes fastos que se celebrarán el 7 y el 8 de diciembre. La ceremonia, querida por Macron como una acto global de diplomacia cultural y política, solo estará ensombrecida a priori por la ausencia del Papa. El Pontífice había sido invitado hacía mucho tiempo, pero en el Vaticano excusaron su presencia con el pretexto de que debe asistir al consistorio para la creación de nuevos cardenales ese día y visitar por la mañana a la virgen de la Inmaculada, en la plaza de España de Roma. Francisco, sin embargo, viajará la semana que viene a Córcega para asistir a un encuentro de religiosidad popular, algo que desconcierta e incomoda en París.El presidente Emmanuel Macron (segundo por la derecha), durante su visita a Notre Dame este viernes.Sarah Meyssonnier (AP)BabeliaLas novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanalRecíbelo

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