Aurimar Iturriago Villegas, una migrante del municipio Rosario de Perijá, en el estado Zulia, en Venezuela, recorrió miles de kilómetros para cruzar la frontera sur de Estados Unidos en busca del sueño americano, que le permitiera ganar suficiente dinero para construirle una nueva casa a su madre.Â
Cada dÃa, durante dos meses Arelis Coromoto Villegas, madre de la joven, le pidió a Dios que protegiera a su hija, de 21 años, mientras recorrÃa los caminos peligrosos para llegar a Estados Unidos. Â
Sus plegarias fueron respondidas y en septiembre de 2022, Aurimar cruzó sana y salvo a territorio estadounidense, pero a casi dos meses de su llegada a Texas, desafortunadamente la joven fue asesinada a tiros en un incidente en la carretera cerca de Dallas, mientras viajaba en el asiento trasero de un vehÃculo.  Noticias Relacionadas
Aurimar Iturriago Villegas recorrió miles de kilómetros para cruzar la frontera de Estados Unidos en busca del sueño americano. Créditos: Facebook: Aurimar Iturriaga
Los restos mortales de Aurimar Iturriago fueron considerados abandonados
Sin el conocimiento y la autorización de su familia, autoridades del condado de Dallas donaron el cuerpo de Aurimar a una escuela medicina local donde fue cortado y le asignaron un precio a cada parte que no fue dañada por el impacto de la bala en su cabeza.Â
Por ejemplo su torso costaba 900 dólares, sus piernas 703 dólares, de acuerdo con un documental realizado por Telemundo, mientras las demás partes de su cuerpo fueron incineradas y enterradas junto a otros desconocidos en un cementerio en Dallas. Por su parte, su madre intentaba desesperadamente repatriar a Venezuela a su hija asesinada sin saber que su cuerpo se convirtió en una mercancÃa para la ciencia. Â
Dos años después de su asesinato, su madre se enteró que Aurimar fue usada para investigaciones médicas, a través de un reportaje sobre la industria de cuerpos en Estados Unidos, hecho por NBC News en colaboración con Noticias Telemundo, donde se publicaron los nombres de cientos de personas cuyos restos, considerados abandonados, fueron enviados al Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte de Texas, con sede en Fort Worth.Â
La joven fue una de las 2,350 personas cuyos cuerpos fueron trasladados al Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte de Texas bajo acuerdos con dos condados locales que generaron alrededor de 2.5 millones de dólares anuales al centro, y les ahorraron a los condados cientos de miles de dólares en cremaciones y costos funerarios, de acuerdo con registros financieros.Â
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