Más de 180 personas, en su mayoría ancianos, fueron asesinadas durante el fin de semana en Cité Soleil, un barrio pobre de Haití, en lo que las autoridades han calificado como un acto de barbarie sin precedentes.
El líder de la pandilla Micanor “Mikanò” Altès y sus seguidores son los principales sospechosos de esta atrocidad. Según informes, Altès ordenó la masacre tras culpar a los residentes ancianos de practicar brujería y causar la enfermedad de su hijo.
“La masacre fue provocada por la grave enfermedad de su hijo. Micanor buscó el consejo de un sacerdote vudú (‘bókò’) que acusó a los ancianos de la zona de practicar brujería y dañar al niño”, dijo la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití (RNDDH) en un informe.
“El viernes 6 de diciembre, Micanor disparó y mató a por lo menos sesenta (60) personas mayores. El sábado 7 de diciembre, él y su grupo mataron a por lo menos cincuenta (50) personas más usando machetes y cuchillos. A pesar de sus acciones, su hijo enfermo falleció”, indicó.
Víctimas mutiladas fueron abandonadas en las calles
Una mujer llora tras el asesinato de su esposo a manos de los criminales. Foto: AFP
Citando fuentes de la zona, el Comité para la Paz y el Desarrollo de Haití (CPD) también dijo que el ataque tenía como objetivo “todas las personas mayores y los practicantes de vudú que, en la imaginación (de Micanor), serían capaces de lanzar un mal hechizo sobre su hijo”, y dejó los cuerpos de las víctimas mutilados en las calles.
Al menos 184 personas murieron en la masacre, incluidos unos 127 hombres y mujeres mayores, según las Naciones Unidas. Testigos presenciales describieron escenas de horror, con cuerpos mutilados y abandonados en las calles.
Gobierno haitiano: “se ha cruzado una línea roja”
Fuerzas Armadas de Haití patrullan el barrio donde ocurrió la tragedia. Foto: AFP
El gobierno haitiano ha condenado enérgicamente estos hechos y ha prometido llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, la presencia de pandillas armadas y la debilidad de las instituciones estatales dificultan la tarea de restablecer el orden.
“Se ha cruzado una línea roja y el Estado movilizará todas sus fuerzas para localizar y aniquilar a estos criminales”, afirma un comunicado de la oficina del primer ministro.
La comunidad internacional ha expresado su profunda preocupación por la situación en Haití y ha pedido un mayor apoyo a la misión de la ONU en el país. El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a los Estados miembros a proporcionar más recursos y personal para ayudar a combatir la violencia y proteger a la población civil.
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